14 febrero 2014

El olivar, ¿agricultura tradicional o evolucionada?

Marco real y tresbolillo

Partiendo de que nuestro paisaje agrario responde a formas irregulares, campos abiertos y en el que se combinan las parcelas grandes y pequeñas (estas últimas cerca del pueblo), se puede realizar un estudio en el que se resalte el proceso evolutivo del cultivo del olivar, donde se detecta un repentino cambio de los sistemas de producción tradicional a otros más intensivos y, por tanto, más rentables. Las técnicas, fertilizantes y procesos de explotación están modificando de una manera vertiginosa un cultivo de tradición milenaria.
La propuesta de trabajo consiste en un análisis de las parcelas a través de las fotografías aéreas del SIG (Sistema de Información Geográfica del Ministerio de Agricultura y Pesca) o del Google Map, comprobando en ellas tanto el número de olivos por hectáreas así como las marcas de plantación. Ambos elementos nos pueden indicar el tradicionalismo o modernización de dichas plantaciones.
La mayor parte de las plantaciones del olivar se hicieron hace tiempo, algunos desde finales del siglo XIX. Durante décadas se han plantado olivos con hoyos de grandes dimensiones, incluso hoyos de 2X2 m con una profundidad de 80 cm, colocando estacas o garrotes en los extremos de dicho hoyo. En ese momento se valoraba más el vuelo que el suelo.
En la actualidad, estas plantaciones han sufrido un acelerado proceso de transformación en parte para aumentar la producción del único cultivo competitivo en nuestro espacio agrícola, en parte para ajustarse a la política de subvención de la Unión Europea, la cual subvenciona por el número de olivos y no por la cosecha obtenida (este sistema pretende evitar el fraude de algunos agricultores europeos que manipulan sus cifras de producción).
Ahora, la apertura de hoyos se puede hacer con una barrena de 60 cm de diámetro y una profundidad de 1 m, o bien empleando palas excavadoras. De esta forma, las marcas del olivo han pasado del tradicional 10 x 10 con unos 100 olivos por hectáreas a otros más recientes con marcas de 7,07 x 7,07 con 200 olivos por ha., 5,67 x 5,67 ó 8 x 4 con 312 olivos por ha., o incluso de 5 x 5 ó 7,07 x 3,53 con 400 olivos por ha.
También las marcas han ido cambiando con el tiempo y así nos podemos encontrar con los siguientes tipos:
•    En cuadro o marco real: tradicionalmente se hacía en las zonas más o menos llanas; los árboles ocupaban los vértices de un cuadro; el resultado final es de cuatro posibles calles para efectuar las labores del suelo.
•    Marco rectangular: uno de los más frecuentes en la actualidad; en realidad es una variedad del anterior; los árboles ocupan los vértices de un rectángulo, con lo que resultarán para el cultivo dos calles principales, una más ancha y otra más estrecha.
•    Tresbolillo: método muy utilizado tradicionalmente en zonas con superficie irregular; los árboles ocupan los vértices de un triángulo equilátero y, por tanto, se establecen tres calles.
•    Cinco de oros: el marco que resulta cuando una plantación a “marco real” se coloca un nuevo árbol en el centro de cada cuadro; es frecuente este marco cuando se hace un aumento de densidad en plantaciones viejas muy distantes.

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